Apoyos


Buenas tardes:

Agradezco el trabajo y esfuerzo de las que han organizado este homenaje a Matilde Landa.

Soy Mariano López, nieto de Matilde Landa. Desgraciadamente no conocí a mi abuela. La represión franquista se abatió sobre ella al igual que sobre cientos de miles de españoles.

No puedo contaros de primera mano cómo era Matilde; mis impresiones sobre ella son, por tanto, indirectas.

Pero sí he conocido a los hermanos de Matilde: Jacinta y Rubén, exiliados en México y a Aída, que permaneció en España.

En ellos he visto la gran importancia que daban en la familia Landa a la educación y a los principios de solidaridad y justicia como referentes morales.

Como escribe David Ginard en la biografía de Matilde: “El padre de Matilde (Rubén Landa Coronado), estableció amistad con Francisco Giner de los Ríos, Bartolomé Cossío y otros, futuros fundadores de la Institución Libre de Enseñanza. Profundamente laico y tolerante, se casó por lo civil y educaría a sus hijos sin imposiciones religiosas. En este entorno crecería Matilde (al igual que sus hermanos), rodeada de librepensadores con ideales políticos republicanos, laicos y democráticos”.

Desde joven, Matilde expresa sus inclinaciones políticas de izquierdas. En agosto de 1934 participa en la fundación del Comité Nacional de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo. En octubre del mismo año se afilia al Socorro Rojo Internacional y realiza labores de ayuda a las víctimas de la represión del fallido levantamiento de octubre. En los años 1935 y 1936 siguió participando activamente en las actividades del Socorro Rojo. Tras el golpe militar del 18 de julio, Matilde fue destinada para trabajar en el Hospital Obrero de Cuatro Caminos. Desde principios de 1937 se integró en la dirección del Socorro Rojo, haciéndose cargo del auxilio a los refugiados, la evacuación de niños, y las colonias infantiles en todo el territorio republicano.

En febrero de 1937, Matilde junto con otras dirigentes del SRI viajaron hasta Almería para organizar la ayuda a los miles de refugiados que huían de Málaga por la carretera hacia Motril.

Cuando Madrid cae en manos del ejército franquista, Matilde no se exilia; decide quedarse y seguir clandestinamente su actividad política; desgraciadamente pronto es detenida, juzgada y condenada a pena de muerte, conmutada después por la de 30 años de prisión.

Es enviada “en castigo” a la cárcel de Palma de Mallorca, en aquella época de muy difícil acceso para recibir visitas de la familia.

Uno de los testimonios acerca de la esfera íntima de la personalidad de Matilde son sus cartas desde la cárcel a su hija Carmen, mi madre (fallecida en el año 2006). En un acto celebrado en la Casa de Cultura de Palma de Mallorca el 14 de abril de 2003 ella hace referencia a la “fuerza moral que traslucen las cartas que recibió de su madre durante la guerra y desde las prisiones”.

Y que esa fuerza moral se concreta por ejemplo en una de las cartas que le escribe desde la cárcel de Palma en febrero de 1941:

“No olvides a los niños que han tenido menos suerte que tú, no olvides a los que han dejado sin padres, estos son los que merecen nuestra mayor atención. Quisiera que todos los días hicieras algo por ellos, es tú obligación”.

El escritor Manuel Vázquez Montalbán en su libro “Autobiografía del general Franco”, escribe refiriéndose a Matilde:

“Cuando el miserable obispo de Mallorca Miralles Sbert tuvo noticias de la llegada a la isla de tan destacada prisionera la sometió a un chantaje moral: si se convertía al catolicismo aumentaría la ración de comida para los hijos de las madres presas”.

Un chantaje similar a este sufrió el poeta Miguel Hernández, en la cárcel de Alicante supeditando la asistencia médica que necesitaba a su conversión al catolicismo. Tampoco aceptó.

Creo que para mi abuela esa presión se convirtió en algo intolerable y contribuyó, a acabar con su vida. La aceptación del chantaje (el bautismo) suponía una traición a sus principios morales que ella no podía aceptar.

Por último, no quiero dejar de recordar aquí a mi abuelo Paco (Francisco López Ganivet), granadino, que se casó con Matilde en 1930, luchó en el 5º Regimiento, vivió en el exilio y falleció en Madrid en 1962.

Os doy las gracias en nombre de Matilde por este reconocimiento a su esfuerzo y sacrificio.

Espero que sea un paso más para construir un mundo más justo y solidario.

Esta es nuestra responsabilidad.

Madrid 03/04/2025

Apunte biográfico:

Nací en Lugo en el año 1957. Empecé en el arte en 1970, me considero un artista multidisciplinar de formación autodidacta. En mi obra participa la pintura, escultura, performance, fotografía y escritura como parte de ese todo que define al arte.

Visto en su totalidad, desde ese punto caleidoscópico y tan cambiante y ecléctico, es una apuesta arriesgada por lo difícil de definir de cara al público y a la crítica convencional. Me gusta presentar las exposiciones con elementos y materias muy dispares pero interrelacionados, como si de una narración, idea o concepto se tratase.

Tema de la ilustración de la campaña

En el cartel para el homenaje a Matilde Landa las manchas negras en lo alto representan la ventana final con la silueta de su convicción en el suelo, el testimonio de ese alma blanca que solo a ella le pertenece. Sobre la cabeza de su retrato están los colores como principios que representan sus ideales, que estarán allí donde ella esté. En primer término el hombre de la dictadura en su falsa religiosidad sobre una masa informe que representa a su general a la vez que envuelve una cruz.

Me bautizaron en la iglesia católica y me hicieron comulgar sin mi consentimiento.

Me dieron educación católica durante toda mi infancia y adolescencia y jamás he vuelto a aquel colegio de monjas en el que estudié hasta los 16 o 17 años. Mis hijas jamás recibieron educación religiosa, ni católica ni de ninguna otra religión; nunca se lo prohibimos, sencillamente las dejamos elegir. Las ideas no se imponen.

Porque somos lo que hacemos y no lo que decimos y el testimonio como institución de la iglesia católica, que es la que conozco, es incoherente, porque no sirve ni a la Justicia hacia los/as más necesitados, ni a la Igualdad de mujeres y hombres.

Estoy en contra de los privilegios que le otorga el Estado y estoy más en contra aún de los actos depredadores sexuales contra niños y niñas que, con toda la complicidad de la jerarquía católica, han ejercido muchos de sus representantes.

No creo en ningún dios. Creo en las personas, en sus derechos, en la Justicia y en la Igualdad.

Los sentimientos religiosos son una cuestión exclusivamente personal, y por tanto deben permanecer alejados de la actividad política. Solo un Estado laico garantizará el funcionamiento de una democracia avanzada. El caso de Matilde es una ilustración extrema del grado de crueldad y de irracionalidad que puede implicar la intervención de la religión en la política, y debería remover la conciencia incluso de los ciudadanos creyentes.

Agradecemos enormemente al escultor Fernando Sánchez Castillo su apoyo a nuestra campaña. Mostramos el vídeo que nos envía, de su exposición Futuro Damnatio en el museo de La paz de Guernica

Destacamos de su obra la Bandera blanca, la más grande de España, de la que dice su autor: «es como un lienzo en blanco, neutro, y significa soñar con otras formas de convivir»

Relevante político español. Por su actividad política fue encarcelado por la dictadura franquista y pasó nueve años en prisión, de 1965 a 1974.
Actualmente jubilado, es el portavoz de la Plataforma por un Centro para la Paz y la Memoria en la antigua cárcel de Carabanchel y participa en iniciativas por la República

Abogado laboralista que ha sido responsable del Gabinete Jurídico Interfederal de CCOO. En 2016 recibió el premio al Laboralista del año, otorgado por la Asociación Nacional de Laboralistas (ASNALA)